* Transformación química: La corrosión implica una reacción química entre un material (generalmente un metal) y su entorno, como el aire o el agua. Esta reacción conduce a la formación de nuevos compuestos químicos, típicamente óxidos, hidróxidos o sulfuros. El metal original está alterado químicamente, lo que resulta en su deterioro.
* Cambio en composición: La composición química del material corroído es diferente del material original. Por ejemplo, la oxidación de hierro forma óxido de hierro (Fe₂o₃), que tiene una composición diferente a la hierro puro (Fe).
* No es un cambio físico: La corrosión no es un cambio físico como la fusión o la congelación, donde la composición química sigue siendo la misma. En cambio, implica una reacción química que rompe y forma nuevos enlaces químicos, lo que lleva a un cambio en la composición y estructura del material.
En esencia, la corrosión es una propiedad química porque describe la capacidad de una sustancia para sufrir una reacción química con su entorno, lo que resulta en un cambio en su composición química.