1. Temperatura: Las temperaturas más altas generalmente aumentan la tasa de meteorización química. A medida que aumenta la temperatura, aumenta la energía cinética de las moléculas, lo que lleva a velocidades de reacción más rápidas. Las reacciones químicas involucradas en los procesos de meteorización, como la hidrólisis, la oxidación y la carbonatación, se aceleran a temperaturas más altas.
2. Humedad: La presencia de agua es esencial para la mayoría de los procesos de meteorización química. El agua actúa como disolvente, facilitando la disolución de minerales y el transporte de iones. La humedad adecuada permite reacciones químicas más extensas y mejora la velocidad de erosión.
3. Área de superficie: Cuanto mayor sea la superficie de una roca expuesta al ambiente de erosión, más rápida será la velocidad de erosión química. Las rocas fracturadas o porosas tienen una superficie mayor en comparación con las rocas sólidas, lo que permite una mayor interacción con el agua y otros agentes meteorológicos.
4. Composición de la roca: La composición mineral de una roca influye en su susceptibilidad a la meteorización química. Las rocas compuestas de minerales que se descomponen fácilmente, como los carbonatos (piedra caliza) y los sulfuros (pirita), se desgastan más rápidamente en comparación con las rocas compuestas de minerales resistentes como el cuarzo y el feldespato.
5. Vegetación y cobertura del suelo: La vegetación y la cobertura del suelo pueden afectar la tasa de meteorización química. Las raíces de las plantas liberan ácidos orgánicos que mejoran la erosión de las rocas subyacentes. La cobertura del suelo ayuda a retener la humedad y proporciona un ambiente favorable para las reacciones químicas.
6. pH y composición química del agua: El pH y la composición química del agua pueden influir en la tasa de meteorización química. El agua ácida, como el agua de lluvia con dióxido de carbono disuelto, puede acelerar la erosión de ciertos minerales como la calcita (carbonato de calcio). Por el contrario, el agua alcalina o neutra puede reducir la velocidad de erosión.
7. Tiempo y duración: La meteorización química es un proceso gradual que ocurre durante largos períodos. Cuanto más tiempo esté expuesta una roca a las condiciones de erosión, más extensa será la alteración química y mayor será la tasa de erosión.
Factores que controlan la tasa de meteorización física:
1. Variaciones de temperatura: Los ciclos repetidos de calentamiento y enfriamiento pueden hacer que las rocas se expandan y contraigan, lo que lleva a la erosión física. Esto es particularmente significativo en áreas con grandes fluctuaciones de temperatura diurnas.
2. Acción del agua y el hielo: El agua puede causar erosión física a través de ciclos de congelación y descongelación. Cuando el agua se filtra en las grietas y hendiduras de las rocas y luego se congela, se expande y ejerce presión, provocando que las rocas se rompan. El hielo también puede erosionar las superficies de las rocas mediante procesos como el acuñamiento por escarcha y la abrasión glacial.
3. Actividad biológica: Las raíces de las plantas pueden ejercer presión sobre las rocas, provocando que se agrieten y se rompan. Los animales excavadores y otros organismos también pueden contribuir a la erosión física al perturbar y desalojar las rocas.
4. Abrasión por el viento: Los fuertes vientos que transportan arena y otras partículas pueden erosionar las superficies de las rocas mediante abrasión. Esto es común en ambientes áridos donde hay poca vegetación para proteger las rocas de la acción del viento.
5. Cristalización de la sal: En zonas costeras o regiones con alta salinidad, la cristalización de la sal dentro de los poros de las rocas puede provocar su desintegración.
6. Liberación de presión: Las rocas que se encuentran muy por debajo de la superficie de la Tierra están sometidas a una presión inmensa. Cuando estas rocas se elevan y se exponen a una presión más baja cerca de la superficie, pueden sufrir erosión física debido a la liberación repentina de presión.
7. Esfuerzo mecánico: Las fuerzas tectónicas, como los terremotos y la actividad volcánica, pueden causar que las rocas se fracturen y rompan, contribuyendo a la erosión física.