El argón es un gas noble y, como tal, es muy estable y no reacciona con otros elementos en condiciones normales. Esto se debe a que su capa electrónica más externa está llena y, por lo tanto, no tiene electrones para compartir o donar para formar enlaces químicos. En consecuencia, los átomos de argón suelen existir como átomos individuales en lugar de formar enlaces con otros átomos.