La materia orgánica se puede clasificar en dos tipos principales:
Materia orgánica viva Se refiere a organismos vivos, como plantas, animales y microorganismos.
Materia orgánica muerta se refiere a los restos de organismos vivos, como hojas, ramitas y animales muertos.
La materia orgánica es importante para el medio ambiente por varias razones. Proporciona nutrientes a las plantas, ayuda a retener el agua en el suelo y mejora la estructura del suelo. La materia orgánica también ayuda a reducir la erosión, filtrar contaminantes y proporcionar hábitat para los animales.
Además de su papel en el medio ambiente, la materia orgánica también se utiliza en una variedad de productos, incluidos alimentos, combustibles y fertilizantes.