Los indicadores químicos del dióxido de carbono suelen ser ácidos o bases débiles que sufren un cambio de color visible cuando se exponen al gas dióxido de carbono. El indicador químico más utilizado para el dióxido de carbono es la fenolftaleína, que cambia de incoloro a rosa en presencia de dióxido de carbono. Otros indicadores incluyen el azul de timol, que cambia de amarillo a azul, y el azul de bromotimol, que cambia de amarillo a verde. Estos indicadores se pueden utilizar para detectar la presencia de dióxido de carbono en una variedad de entornos, como en el aire, el suelo y el agua.