Cuanto más fuertes sean los enlaces de hidrógeno, más viscoso será el líquido. Por ejemplo, el agua es un líquido relativamente viscoso debido a los fuertes enlaces de hidrógeno entre las moléculas de agua. Por el contrario, el etanol es un líquido menos viscoso porque los enlaces de hidrógeno entre las moléculas de etanol son más débiles.
La viscosidad de un líquido también depende de su temperatura. A medida que aumenta la temperatura de un líquido, aumenta la energía cinética de las moléculas, lo que hace que se muevan más rápidamente y rompan los enlaces de hidrógeno. Esto da como resultado una disminución de la viscosidad.
Por ejemplo, el agua es más viscosa a temperatura ambiente que a temperaturas más altas. Esto se debe a que los enlaces de hidrógeno entre las moléculas de agua son más fuertes a temperatura ambiente, lo que hace que el líquido fluya más lentamente.