Los compuestos apolares, por otro lado, son moléculas que no tienen una estructura polar. No tienen un extremo positivo ni negativo, por lo que no se sienten atraídos por las moléculas de agua. Esta falta de atracción significa que los compuestos no polares no se disuelven en agua.
Un ejemplo de compuesto apolar es el petróleo. El petróleo es una mezcla de hidrocarburos, que son moléculas que están compuestas por átomos de carbono e hidrógeno. Los átomos de carbono y de hidrógeno son apolares, por lo que el aceite no se disuelve en agua.
La incapacidad de los compuestos apolares para disolverse en agua es importante por varias razones. Una razón es que nos permite separar compuestos no polares del agua mediante un proceso llamado extracción. La extracción es un proceso en el que se utiliza un disolvente para disolver un compuesto que no es soluble en agua. Luego se separa el disolvente del agua y se recupera el compuesto.
Otra razón por la que la incapacidad de los compuestos apolares para disolverse en agua es importante es que ayuda a mantener la estructura de los seres vivos. Las membranas celulares de los seres vivos están formadas por una bicapa de fosfolípidos, que es una doble capa de fosfolípidos. Los fosfolípidos son moléculas que tienen una cabeza polar y una cola apolar. Las cabezas polares de los fosfolípidos miran hacia afuera, donde interactúan con el agua, y las colas apolares miran hacia adentro, donde interactúan entre sí. Esta disposición crea una barrera que impide que las moléculas solubles en agua entren en la célula y que las moléculas insolubles en agua salgan de la célula.