Cuanto más cloruro de cobre se agregue, más rápida ocurrirá la reacción. Esto se debe a que hay más iones de cobre disponibles para catalizar la reacción. Los iones de cobre ayudan a descomponer el peróxido de hidrógeno en agua y oxígeno gaseoso. Luego, el gas oxígeno reacciona con el tiosulfato de sodio para formar sulfato de sodio y agua.
La cantidad de cloruro de cobre necesaria para catalizar la reacción depende de la concentración del peróxido de hidrógeno y del tiosulfato de sodio. Si la concentración de reactivos es alta, se necesitará más cloruro de cobre. Si la concentración de los reactivos es baja, se necesitará menos cloruro de cobre.
Es importante añadir la cantidad correcta de cloruro de cobre a la reacción. Si se agrega demasiado cloruro de cobre, la reacción ocurrirá demasiado rápido y la temperatura de la reacción será demasiado alta. Esto puede hacer que los reactivos se descompongan y que la reacción se vuelva peligrosa. Si se añade muy poco cloruro de cobre, la reacción se producirá demasiado lentamente y la temperatura de la reacción no aumentará lo suficiente. Esto hará que la reacción sea incompleta y los reactivos no se convertirán completamente en productos.
Controlando cuidadosamente la cantidad de cloruro de cobre que se agrega a la reacción, es posible lograr la velocidad y temperatura de reacción deseadas.