2Ra + O2 → 2RaO
En esta reacción, los átomos de radio pierden dos electrones de valencia frente a los átomos de oxígeno, lo que da como resultado la formación de iones de radio con carga positiva (Ra2+) e iones de óxido con carga negativa (O2-). La atracción electrostática entre los iones de radio y óxido conduce a la formación de un compuesto iónico estable, el óxido de radio.
La reacción del radio con el oxígeno es muy exotérmica y libera una cantidad significativa de calor y luz. Esto hace que el radio sea un elemento extremadamente peligroso de manipular, ya que puede encenderse fácilmente y provocar incendios o explosiones. El radio también reacciona vigorosamente con el agua para formar hidróxido de radio y gas hidrógeno.
Debido a su alta reactividad y los riesgos de seguridad asociados, el radio se manipula y almacena con extremo cuidado en instalaciones especializadas. Se utiliza principalmente en pequeñas cantidades con fines médicos, como la radioterapia, y en determinadas aplicaciones industriales, como la radiografía y las fuentes de ionización.