Cuando se abre el gas natural, se abre un dispositivo llamado válvula de gas, lo que permite que el gas fluya. Luego, el gas pasa a través de una tubería hasta un quemador, donde se mezcla con aire y se enciende mediante una chispa. Esto crea una llama que calienta el aire a su alrededor y produce energía térmica. Luego, el aire calentado se puede utilizar para calentar una casa u otra estructura.
En la mayoría de los casos, la válvula de gas está controlada por un termostato. El termostato detecta la temperatura de la habitación y abre o cierra la válvula de gas según sea necesario para mantener la temperatura deseada.