El nitrógeno tiende a ganar electrones con más facilidad que a perderlos. Esto se debe a que el nitrógeno tiene una electronegatividad relativamente alta, lo que significa que ejerce una fuerte atracción por los electrones. Cuando el nitrógeno gana electrones, puede llenar su capa electrónica externa y volverse más estable. Por el contrario, el nitrógeno tendría que perder cinco electrones para llenar su capa electrónica externa, lo que supondría un coste energético muy elevado. Por lo tanto, es más probable que el nitrógeno gane electrones que los pierda.