El estudio, publicado en la revista Nature, se centró en un grupo de bacterias llamadas cianobacterias. Las cianobacterias son bacterias fotosintéticas que se encargan de producir alrededor del 20% del oxígeno de la atmósfera terrestre. Utilizan una enzima especial llamada ribulosa-1,5-bisfosfato carboxilasa/oxigenasa (Rubisco) para fijar el dióxido de carbono en compuestos orgánicos.
Rubisco es una enzima compleja que se compone de 16 subunidades proteicas. En el estudio, los científicos pudieron identificar los genes que codifican estas subunidades y determinar cómo se regulan. También descubrieron cómo se ensamblan las subunidades en la enzima Rubisco final.
Esta información podría usarse para diseñar cianobacterias que sean más eficientes en la fotosíntesis. Esto, a su vez, podría conducir al desarrollo de nuevos biocombustibles y otros productos elaborados a partir de materia vegetal. También podría ayudar a mejorar la eficiencia de la fotosíntesis en plantas y algas, lo que podría ayudar a reducir los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
"Este estudio proporciona una nueva comprensión de cómo las bacterias construyen la maquinaria esencial de fijación de carbono que les permite convertir el dióxido de carbono en compuestos orgánicos", dijo el director del JBEI, Jay Keasling. "Esta información podría conducir a nuevas formas de mejorar la eficiencia de la fotosíntesis en plantas y algas, lo que a su vez podría ayudar a reducir los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera".
El estudio fue financiado por la Oficina de Ciencias del Departamento de Energía de EE. UU. y la Fundación Nacional de Ciencias.