(Escena:Un hombre está sentado en una mesa, comiendo un pimiento picante. Le da un mordisco e inmediatamente empieza a toser y a farfullar.)
Hombre:¡Oh, hombre! ¡Eso está caliente!
(El hombre toma un vaso de leche y toma un sorbo.)
Hombre:Ah, eso se siente un poco mejor.
(El hombre da otro mordisco al pimiento e inmediatamente empieza a toser y a farfullar de nuevo.)
Hombre:¡Oh, vamos! ¡Esto es ridículo!
(El hombre se levanta y comienza a caminar por la habitación, tratando de calmarse.)
Hombre:No puedo creer que me esté haciendo esto a mí mismo. ¡Ni siquiera me gusta la comida picante!
(El hombre vuelve a sentarse a la mesa y toma otro sorbo de leche.)
Hombre:Está bien, esto está empezando a funcionar. Estoy empezando a sentirme un poco mejor.
(El hombre termina su leche y le da otro mordisco al pimiento.)
Hombre:Eso todavía hace calor, pero no es tan malo como antes. Creo que finalmente estoy empezando a entender esto.
(El hombre continúa comiendo el pimiento, de forma lenta pero segura. Empieza a sudar, pero continúa. Finalmente, se termina el pimiento entero.)
Hombre:¡Lo hice! ¡Me lo comí todo!
(El hombre se levanta y levanta los brazos en señal de victoria.)
Hombre:¡Soy un campeón en comer pimientos picantes!
(El hombre sale de la habitación, satisfecho con su logro.)
Narrador:Contrariamente a la creencia popular, la leche no es la mejor manera de combatir el picante del pimiento. De hecho, puede empeorar el calor. La mejor manera de combatir el picante del pimiento es comer algo dulce, como azúcar o miel. Esto ayudará a neutralizar la capsaicina, que es el compuesto que le da el picante a los pimientos.