El término "químicos permanentes" sugiere que estas sustancias permanecen en el medio ambiente y en el cuerpo humano indefinidamente. Si bien las PFAS son realmente persistentes y pueden tener una vida media prolongada en el cuerpo, es importante señalar que eventualmente pueden descomponerse y eliminarse mediante diversos procesos metabólicos. La tasa de eliminación puede variar según el compuesto de PFAS específico y factores individuales como la edad, la salud y los niveles de exposición.
Por lo tanto, si bien las PFAS pueden persistir en el medio ambiente y en el cuerpo humano durante un período de tiempo considerable, no es del todo exacto referirse a ellas como "sustancias químicas eternas" en el sentido de que permanecen indefinidamente. Se están realizando investigaciones en curso para comprender mejor el destino y el transporte de las PFAS en el medio ambiente y desarrollar estrategias para reducir su impacto.