Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el nivel medio global del mar aumentó unos 20 cm (7,9 pulgadas) entre 1880 y 2018, y la tasa de aumento del nivel del mar se ha acelerado en las últimas décadas. Este aumento del nivel del mar se atribuye en gran medida al derretimiento de glaciares y capas de hielo, incluidos los de las regiones polares.
Las observaciones de datos satelitales y otros métodos de seguimiento sugieren que los casquetes polares de Groenlandia y la Antártida están perdiendo hielo a un ritmo cada vez mayor. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Nature en 2021 estimó que la capa de hielo de Groenlandia perdió alrededor de 267 mil millones de toneladas de hielo por año entre 2002 y 2019, mientras que la capa de hielo de la Antártida perdió alrededor de 155 mil millones de toneladas de hielo por año durante el mismo período. .
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la tasa de pérdida de hielo puede variar con el tiempo y puede verse influenciada por factores como la variabilidad climática natural y las complejas interacciones entre la atmósfera, el océano y la criosfera (componentes de hielo del sistema terrestre). Además, algunas regiones dentro de los casquetes polares pueden estar derritiéndose más rápido que otras.
En general, si bien la comunidad científica está de acuerdo en que los casquetes polares se están derritiendo y contribuyendo al aumento del nivel del mar, se están realizando investigaciones para perfeccionar las estimaciones y proyecciones sobre las tasas exactas de pérdida de hielo y los posibles impactos del cambio climático en estas regiones críticas.