Si alguna vez ha usado una lata de aire comprimido para expulsar el polvo de su teclado, ha experimentado cuán rápido se enfría la lata. Incluso una ráfaga corta es suficiente para que se acumule escarcha.
Dentro de la lata
El contenido de los pulverizadores no es aire normal. Contienen formas de gases que son más fáciles de comprimir. Estos gases están en su forma líquida mientras están dentro de los confines de alta presión de la lata, y se evaporan nuevamente en estado gaseoso cuando salen de la lata y vuelven a la presión normal. Este cambio se conoce como expansión adiabática.
Líquido a Gas
Esta expansión de líquido a gas requiere un cambio en la energía. Las partículas en un líquido están más juntas y se mueven más lentamente que las partículas en forma de gas, y se necesita más energía a medida que se produce la transición de líquido a gas.
El efecto Joule-Thomson
La energía necesaria para la transición a gas se siente como calor. Para elevar la temperatura del líquido lo suficiente como para convertirse en gas, este calor proviene del aire circundante, un fenómeno llamado efecto Joule-Thomson. A medida que el calor se absorbe en el gas que se expande, el aire circundante baja de temperatura, lo que experimenta como enfriamiento.