Un experimento divertido e interesante para niños de todas las edades consiste en convertir un huevo normal en uno que se haya vuelto de goma. Los huevos de goma pueden rebotar como una pelota de goma y sentirse esponjosos y lisos en la mano. El uso de vinagre disuelve la cáscara, dejando atrás la membrana lisa, que ahora es gomosa. Aunque el nuevo huevo recubierto de goma rebotará, si lo deja caer desde una gran altura, puede romperlo.
Llene la cacerola con 3/4 de agua y deje que hierva. Coloque el huevo en el agua hirviendo y déjelo por 20 minutos. Escurra el agua y ponga el huevo a un lado para que se enfríe.
Coloque el huevo duro en un frasco. Frascos de vidrio para envasado funcionan bien para este experimento. Sin embargo, cualquier tarro largo o taza servirá mientras haya suficiente espacio en el tarro para que el huevo quede cubierto con vinagre.
Llene el tarro con 3/4 de vinagre. Si el huevo no está completamente sumergido en vinagre, llena todo el recipiente lleno. Reserve por 24 horas.
Vierta el vinagre y vuelva a llenar el frasco. Deja la jarra a un lado durante cinco días. La temperatura de la habitación en la que se almacena el recipiente no importa.
Deseche el vinagre y enjuague el huevo con agua. La cáscara de huevo duro ahora se habrá ido dejando un huevo cubierto de goma. Intente botar el huevo en el suelo o en el mostrador.