Las aflatoxinas pueden tener efectos graves para la salud, incluido causar daño hepático y aumentar el riesgo de cáncer de hígado. Son particularmente dañinos para las poblaciones vulnerables, como los niños y las personas con sistemas inmunológicos debilitados. La contaminación por aflatoxinas también puede provocar pérdidas económicas para los agricultores y la industria alimentaria debido al deterioro de los cultivos y la reducción del valor de mercado de los productos contaminados.
Varios estudios han investigado los posibles impactos del cambio climático en la contaminación por aflatoxinas en el maíz estadounidense. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Environmental Health Perspectives en 2018 proyectó que el cambio climático podría aumentar el riesgo de contaminación por aflatoxinas en el maíz en el Medio Oeste de EE. UU. hasta en un 50 % para finales de siglo. Otro estudio, publicado en la revista Nature Climate Change en 2019, encontró que el riesgo de contaminación por aflatoxinas en el maíz podría aumentar hasta un 20% en algunas regiones de EE.UU. debido al cambio climático.
Para abordar los riesgos potenciales que plantea la contaminación por aflatoxinas, es importante desarrollar e implementar estrategias para mitigar los efectos del cambio climático en la producción y manipulación del maíz. Estas estrategias pueden incluir:
- Desarrollar variedades de maíz resistentes a la sequía y menos susceptibles a la contaminación por aflatoxinas.
- Ajustar las fechas de siembra y las prácticas de riego para minimizar el riesgo de contaminación por aflatoxinas durante las etapas críticas de crecimiento del maíz.
- Implementar buenas prácticas agrícolas para reducir el riesgo de crecimiento de hongos y contaminación por aflatoxinas en los campos de maíz.
- Mejorar las prácticas de manejo y almacenamiento poscosecha para prevenir el crecimiento de hongos y la producción de aflatoxinas en el maíz cosechado.
- Desarrollar métodos rápidos y precisos para detectar y cuantificar aflatoxinas en el maíz para permitir una intervención oportuna y prevenir el consumo de productos contaminados.
Al implementar estas y otras estrategias, los agricultores, las partes interesadas de la industria y los formuladores de políticas pueden ayudar a reducir los riesgos asociados con la contaminación por aflatoxinas en el maíz estadounidense y proteger la salud humana y animal.