Los científicos solían pensar que la química y la física, como las ciencias físicas, eran en gran medida independientes de la biología, una ciencia de la vida. Sin embargo, desde el desarrollo de la investigación genética, los científicos han aprendido que los tres temas se superponen de muchas maneras. Los estudiantes de biología deben entender cómo la química y la física influyen en su campo, y los profesores de biología pueden integrar las ciencias físicas en sus lecciones. De hecho, deben hacerlo para que sus estudiantes comprendan completamente los conceptos avanzados de biología.
Explique a los alumnos que los sistemas biológicos de un cuerpo funcionan con reacciones químicas. Como ejemplos, enséñeles a los estudiantes sobre las enzimas y cómo controlan las reacciones químicas dentro de las células. Explique que estas reacciones son las que mantienen vivo a un organismo, y cuando la química del cuerpo no funciona como debería, el organismo se enferma. Cite el cáncer como un ejemplo de una enfermedad causada por el mal funcionamiento de las enzimas. Señale que esto ilustra cómo la química y la biología están estrechamente relacionadas entre sí.
Enseñe a los alumnos que ni las células ni sus componentes son estacionarios. Las moléculas dentro de las células que interactúan para mantener el funcionamiento de la célula deben moverse, lo que requiere fuerza. Las bacterias o los virus que se mueven a través del torrente sanguíneo y los espermatozoides también usan la fuerza. Los biólogos estudian estos movimientos en términos de fuerza-velocidad, haciendo que la biología se superponga con la física.
Pida a los estudiantes que investiguen otras áreas donde la biología, la química y la física se interconectan. Por ejemplo, pueden investigar estudios actuales sobre el desarrollo del organismo, explorando si las células responden más a señales físicas, como la rigidez del ambiente circundante o a señales químicas, como la velocidad de difusión de las enzimas.