Un sistema circulatorio cerrado consiste en un corazón que bombea sangre a través de los vasos sanguíneos, distribuye nutrientes y oxígeno, y recupera los productos de desecho desechados de los tejidos. Muchos invertebrados tienen sistemas circulatorios abiertos; sin embargo, la lombriz tiene el sistema circulatorio cerrado más eficiente.
Consideraciones metabólicas
La presión en los vasos sanguíneos del sistema circulatorio cerrado de una lombriz es alta debido a sus 5 "corazones" que bombean sangre a los vasos sanguíneos y las contracciones de los vasos sanguíneos que soportan esa presión. En un sistema circulatorio abierto, la hemolinfa, un líquido lleno de nutrientes similar a la sangre, deja que los vasos sanguíneos fluyan lentamente hacia las cavidades del cuerpo para bañar las células. Una lombriz puede mantener niveles más altos de actividad ya que la presión arterial alta en un sistema cerrado conduce a una circulación de sangre más rápida y eleva los niveles metabólicos.
Limitaciones de tamaño
En un sistema circulatorio abierto, las células deben estar cerca a las cavidades del cuerpo para que los nutrientes, los desechos y los gases puedan transferirse efectivamente hacia y desde la hemolinfa. En consecuencia, los sistemas circulatorios abiertos son ideales solo para ciertos tipos de cuerpo. Si un animal como una lombriz de tierra tiene una forma o tamaño atípico, un sistema circulatorio cerrado resulta más eficiente porque sus innumerables vasos sanguíneos más pequeños pueden estar muy cerca de cada célula del cuerpo.
Flujo sanguíneo dirigido
Un sistema circulatorio cerrado permite a la lombriz empujar la sangre a lo largo de los vasos sanguíneos, desviándola a ciertas partes del cuerpo, según sea necesario. Una lombriz que escapa de un ave en busca de su próxima comida redirigirá cualquier sangre disponible a áreas relevantes, como los músculos que controlan la locomoción. Además, después de consumir una comida, la lombriz derivará su reserva de sangre para ayudar a la digestión.