* Hot: El CMB es un tenue resplandor del Big Bang, un mar de radiación de microondas que impregna todo el universo. Su temperatura es de aproximadamente 2.7 Kelvin (-455 grados Fahrenheit), que es extremadamente frío para nuestros estándares. Sin embargo, esta temperatura es un remanente de una época en que el universo era mucho más caliente, miles de millones de grados.
* denso: El CMB nos muestra que el universo era extremadamente denso en sus primeras etapas. Los fotones que componen el CMB interactuaban constantemente con la materia, creando una sopa caliente y opaca. A medida que el universo se expandió y enfrió, estas interacciones se volvieron menos frecuentes, lo que permite que los fotones viajen libremente y nos comuniquen hoy.
* suave: Si bien no es perfectamente uniforme, el CMB es notablemente suave, lo que indica que el universo temprano era increíblemente homogéneo. Esta homogeneidad es uno de los misterios fundamentales de la cosmología, ya que sugiere que las regiones del universo que no podrían haber interactuado entre sí se sincronizaron de alguna manera.
Además de estas propiedades clave, el CMB revela otras ideas:
* Composición: Las fluctuaciones de temperatura del CMB proporcionan pistas sobre la abundancia relativa de diferentes elementos en el universo temprano, confirmando la teoría de la nucleosíntesis de Big Bang.
* Expansión: El desplazamiento al rojo de la CMB nos dice que el universo se está expandiendo, confirmando la ley de Hubble.
* edad: La temperatura y las propiedades del CMB nos ayudan a estimar la edad del universo, colocándola en aproximadamente 13.8 mil millones de años.
En general, la radiación de fondo cósmico es un tesoro de información sobre el universo temprano, que nos ofrece una visión de sus inicios inimaginablemente calientes, densos y suaves.