1. El brillo de la superficie del sol: La corona es mucho más débil que la superficie del sol (fotosfera). El intenso brillo de la fotosfera abruma la corona, haciéndola invisible a simple vista.
2. Dispersión de la luz solar en la atmósfera: La atmósfera de la Tierra dispersa la luz del sol en todas las direcciones, creando un cielo azul brillante. Esta luz dispersa oscurece aún más la débil corona.
3. Condiciones atmosféricas: La corona solo es visible durante los eclipses solares totales, cuando la luna bloquea por completo la fotosfera del sol. Incluso entonces, las condiciones atmosféricas pueden afectar la visibilidad, con cielos despejados y gran altitud proporcionan la mejor visualización.
4. La corona se extiende y se difunde: A diferencia de la fotosfera, la corona es una atmósfera vasta y extendida que se desvanece gradualmente. Su baja densidad y desmayo hacen que sea difícil distinguir del cielo circundante.
5. Contaminación lumínica: La luz artificial de las ciudades y otras fuentes puede contribuir a la dificultad para observar la corona.
Cómo podemos ver la corona:
* Eclipses solares totales: Durante un eclipse solar total, la sombra de la luna bloquea la fotosfera del sol, revelando la débil corona. Esta es la forma más común de observar la corona.
* Telescopios especializados: Los astrónomos usan telescopios especializados con coronagraphs para bloquear la luz de la fotosfera, lo que les permite estudiar la corona. Estos telescopios se encuentran típicamente en el espacio o en observatorios a gran altitud.
* Observaciones de la nave espacial: La nave espacial como el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) puede observar la corona sin las limitaciones de la atmósfera de la Tierra.
En resumen, la corona suele ser invisible desde la tierra debido al intenso brillo de la superficie del sol, la dispersión de la luz del sol en la atmósfera y la naturaleza débil y extendida de la corona. Se necesitan condiciones e instrumentos especiales para observar esta parte fascinante del sol.