Si bien pueden aparecer como puntos de luz en el cielo nocturno, las estrellas son bolas masivas de gas caliente y brillante mantenidos por su propia gravedad. Esta gravedad crea una forma casi perfectamente esférica.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que las estrellas no son esferas perfectamente suaves. Pueden tener ligeras variaciones en su forma debido a factores como la rotación, los campos magnéticos y los procesos internos.