1. Tamaño y masa: Los planetas enanos son significativamente más pequeños y menos masivos que los planetas. Carecen de la gravedad suficiente para despejar su vecindario orbital de otros cuerpos celestes.
2. Forma: Si bien no es un requisito estricto, la mayoría de los planetas enanos tienen una forma irregular, a menudo se asemejan a las papas u otras formas irregulares. Esto se debe a su masa y gravedad relativamente bajas, lo que los hace menos propensos a lograr una forma esférica.
3. Órbita: Los planetas enanos a menudo tienen órbitas excéntricas e inclinadas, lo que significa que no son perfectamente circulares y pueden estar inclinados en relación con el plano del sistema solar.
4. Composición: Al igual que otros cuerpos celestes, los planetas enanos pueden variar en la composición. Algunos, como Plutón, están compuestos principalmente de roca y hielo, mientras que otros, como Ceres, son más rocosos.
5. Monas: Varios planetas enanos tienen lunas, aunque no todas lo hacen. El número y el tamaño de las lunas pueden variar significativamente.
6. Falta de dominio planetario: No tienen una influencia gravitacional dominante en su región orbital. Comparten su espacio con otros objetos de tamaño similar, a diferencia de los planetas que son los cuerpos gravitacionales dominantes en sus órbitas.
7. Clasificación: Los clasifican como planetas enanos por la Unión Astronómica Internacional (IAU), que definió los criterios para el estado planetario en 2006.
Aquí hay un resumen rápido:
* Tamaño y masa más pequeños: Los planetas enanos son significativamente más pequeños que los planetas.
* forma irregular: A menudo carecen de una forma perfectamente esférica.
* órbitas excéntricas e inclinadas: Sus órbitas no son perfectamente circulares y pueden estar inclinadas.
* Composición variada: Pueden estar hechos de roca, hielo o una combinación de ambos.
* lunas: Algunos planetas enanos tienen lunas.
* Compartiendo espacio orbital: No dominan sus regiones orbitales gravitacionalmente.
Mientras que Plutón es el planeta enano más famoso, otros incluyen Ceres, Eris, Makemake y Haumea. Estos fascinantes cuerpos celestes proporcionan ideas valiosas sobre la formación y evolución de nuestro sistema solar.