La superficie de Mercurio está cubierta de cráteres de impacto, que varían en tamaño desde pequeños pozos hasta cuencas gigantes de cientos de kilómetros de diámetro. La superficie también tiene una serie de llanuras grandes y suaves, que se cree que son de origen volcánico. La superficie de Mercurio también está muy fracturada, y algunas fracturas se extienden por cientos de kilómetros. Se cree que estas fracturas son causadas por el enfriamiento y la contracción del planeta a lo largo del tiempo.
En general, la superficie de Mercurio es un paisaje complejo y variado, que ha sido moldeado por una variedad de procesos geológicos a lo largo de la historia del planeta.