Requisito de masa para la formación de un agujero negro:
Un agujero negro se forma cuando una estrella masiva colapsa bajo su propia gravedad. Sin embargo, el Sol no tiene la masa suficiente para crear un agujero negro. La masa crítica necesaria para que una estrella colapse y se convierta en un agujero negro es aproximadamente tres veces la masa de nuestro sol. El sol tiene sólo aproximadamente una masa solar, por lo que no cumple este requisito.
Destino del Sol:
En lugar de formar un agujero negro, el Sol pasará por un proceso evolutivo diferente. Dentro de unos cinco mil millones de años a partir de ahora, el Sol entrará en una fase llamada fase de "gigante roja". Durante esta etapa, el sol se expandirá de tamaño y se convertirá en una estrella gigante roja. Luego se desprenderá de sus capas externas, creando una nebulosa planetaria y dejando atrás un denso núcleo remanente llamado enana blanca. Este proceso no conducirá a la formación de un agujero negro ni al desplazamiento de la Tierra a otra galaxia.
La órbita de la Tierra y el movimiento galáctico:
La Tierra está unida gravitacionalmente al sol y orbita alrededor de él. El sol, a su vez, es parte de la Vía Láctea y orbita alrededor del centro de la galaxia. Tanto la órbita del Sol dentro de la Vía Láctea como la órbita de la Tierra alrededor del Sol son estables y se rigen por las leyes de la gravedad. La evolución del sol no altera este movimiento orbital ni tiene la capacidad de transportar la Tierra a otra galaxia.
Por tanto, el destino del Sol no implica la formación de un agujero negro ni el movimiento de la Tierra hacia otra galaxia. El Sol seguirá su camino evolutivo natural, que incluye convertirse en una gigante roja y eventualmente pasar a una enana blanca, mientras que la Tierra continuará su órbita estable alrededor del Sol dentro de la Vía Láctea.