Neil Armstrong y Buzz Aldrin recolectaron más de 470 libras de muestras lunares durante su histórica misión Apolo 11. Las muestras incluían rocas, suelo y polvo, así como una variedad de otros materiales, como meteoritos y micrometeoritos lunares, y muestras de gases y partículas de la atmósfera y la superficie lunar. Estas muestras se recolectaron mediante diversos medios, incluido el uso de palas, pinzas y tubos centrales, y se almacenaron en contenedores al vacío para regresar a la Tierra. Luego, científicos e investigadores de todo el mundo estudiaron las muestras, proporcionando información valiosa sobre la composición, edad e historia de la Luna.