La gravedad de la Luna es aproximadamente una sexta parte de la gravedad de la Tierra, por lo que los astronautas pesan aproximadamente una sexta parte del peso de la Tierra en la Luna. Esto significa que un astronauta de 100 libras pesaría alrededor de 16,7 libras en la Luna.
La diferencia de peso puede tener un impacto significativo en el cuerpo de un astronauta. Los astronautas que pasan largos períodos de tiempo en la Luna pueden experimentar atrofia muscular y pérdida ósea. También pueden volverse anémicos, ya que sus cuerpos producen menos glóbulos rojos en respuesta a la menor gravedad.
Para mitigar los efectos de la baja gravedad, los astronautas hacen ejercicio con regularidad y toman suplementos para mantener su densidad ósea. También usan trajes especiales que ayudan a mantener fuertes sus músculos y huesos.
A pesar de los desafíos, los astronautas pueden vivir y trabajar de forma segura en la Luna durante largos períodos de tiempo. La capacidad de hacer esto es un testimonio del espíritu humano de exploración e innovación.