El agujero negro de Planck se caracteriza por su tamaño extremadamente pequeño, comparable a la longitud de Planck, que es de aproximadamente 1,6 x 10^(-35) metros. Esta longitud es tan pequeña que está fuera del alcance de cualquier tecnología actual o previsible para observar o detectar.
Se cree que la formación de un agujero negro de Planck está relacionada con las fluctuaciones de los campos cuánticos en el universo primitivo. Estas fluctuaciones podrían conducir a la creación de pequeños agujeros negros con masas del orden de la masa de Planck, que es aproximadamente 2 x 10^(-8) kilogramos.
Sin embargo, la existencia de los agujeros negros de Planck es muy especulativa y no ha sido confirmada experimentalmente. Existen varios desafíos teóricos y preguntas en torno a su formación, evaporación y comportamiento, que los convierten en un tema de investigación continua en física teórica y cosmología.