En realidad, el pulso de la Tierra no late cada 27,5 millones de años. Los científicos no han descubierto ninguna periodicidad regular en los procesos geológicos o biológicos de la Tierra con un ciclo de 27,5 millones de años. Esta creencia se basa en una mala interpretación de los ciclos de Milankovitch.
Los ciclos de Milankovitch se refieren a las variaciones en la órbita de la Tierra y la inclinación de su eje durante largos períodos de tiempo. Hay 3 ciclos principales de Milankovitch:
1. Excentricidad: La variación en la órbita de la Tierra desde casi circular hasta ligeramente elíptica. Este ciclo tiene un período de unos 100.000 años.
2. Oblicuidad: La variación en la inclinación del eje de rotación de la Tierra de aproximadamente 22,1 a 24,5 grados. Este ciclo tiene un período de unos 41.000 años.
3. Precesión: El "bamboleo" del eje de rotación de la Tierra. Este ciclo tiene un período de unos 26.000 años.
Las combinaciones de estos ciclos afectan la cantidad de energía solar que llega a diferentes partes de la superficie de la Tierra, lo que a su vez influye en los patrones climáticos y el momento de las edades de hielo. Pero no tienen una periodicidad de exactamente 27,5 millones de años.