En una época en la que las cámaras de los teléfonos son capaces de tomar instantáneas con millones de píxeles, un instrumento en el satélite XRISM (Misión de espectroscopia e imágenes de rayos X) liderado por Japón captura ciencia revolucionaria con solo 36 de ellos.
"Eso puede parecer imposible, pero en realidad es cierto", dijo Richard Kelley, investigador principal estadounidense de XRISM en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. "El instrumento Resolve nos ofrece una visión más profunda de la composición y el movimiento de los objetos que emiten rayos X utilizando tecnología inventada y refinada en Goddard durante las últimas décadas".
XRISM (pronunciado "crism") está dirigido por JAXA (Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón) en colaboración con la NASA, junto con contribuciones de la ESA (Agencia Espacial Europea). Se puso en órbita en septiembre pasado y desde entonces ha estado examinando el cosmos.
La misión detecta rayos X "suaves", que tienen energías hasta 5.000 veces mayores que la luz visible. Sondará las regiones más calientes del universo, las estructuras más grandes y los objetos con la gravedad más fuerte, como agujeros negros supermasivos en los núcleos de galaxias distantes.
XRISM logra esto con un instrumento llamado Resolve.
"Resolve es más que una cámara. Su detector toma la temperatura de cada rayo X que incide sobre él", dijo Brian Williams, científico del proyecto XRISM de la NASA en Goddard. "Llamamos a Resolve un espectrómetro microcalorímetro porque cada uno de sus 36 píxeles mide pequeñas cantidades de calor entregado por cada rayo X entrante, lo que nos permite ver las huellas químicas de los elementos que componen las fuentes con un detalle sin precedentes".
Para lograr esto, todo el detector debe enfriarse a -459,58 °F (-273,1 °C), apenas un pelín por encima del cero absoluto.