Los organismos encargados de hacer cumplir la ley han informado de una disminución notable en los robos de iPhone tras la introducción del interruptor de apagado. En la ciudad de Nueva York, por ejemplo, la cantidad de iPhones robados se desplomó en más del 50% en los meses posteriores a que se habilitara el bloqueo de activación. Se observaron caídas similares en otras ciudades importantes de Estados Unidos e internacionalmente.
La eficacia del interruptor de apagado se atribuye a su capacidad para dejar los iPhone robados prácticamente inutilizables. Dado que estos dispositivos no se pueden eludir, revender ni utilizar sin las credenciales adecuadas, los ladrones tienen poca motivación para atacarlos. Como resultado, la disminución de los robos de iPhone ha llevado a una reducción correspondiente en el número de robos, hurtos y otros delitos relacionados.
El éxito del interruptor de apagado del iPhone resalta el potencial de la tecnología para combatir el crimen y proteger las pertenencias personales de las personas. Al utilizar medidas de seguridad innovadoras, los fabricantes pueden contribuir significativamente a mejorar la seguridad pública y crear un entorno más seguro para los usuarios.