* La órbita de la luna: La luna orbita la tierra en un plano inclinado. Esta inclinación significa que vemos la luna desde diferentes ángulos a lo largo de su órbita.
* La luz del sol: La luna creciente está iluminada por el sol. La parte de la luna que vemos iluminada está determinada por el ángulo de los rayos del sol que golpean la luna.
* Nuestra posición: Estamos viendo la luna desde la Tierra, por lo que nuestra perspectiva cambia cómo aparece la porción iluminada.
Aquí hay una manera simple de pensarlo:
Imagina sostener una pelota en tu mano con una luz que brilla desde un lado. Si gira la pelota, verá el cambio de parte iluminada de un lado a otro. El mismo principio se aplica a la luna. A medida que la luna orbita la tierra, el ángulo de la luz del sol cambia, y vemos que la parte iluminada cambia, haciendo que parezca voltear.
Entonces, la luna creciente no está al revés, ¡es solo una cuestión de perspectiva!