Exposición a los dañinos rayos UV: Los rayos del sol son más fuertes durante las horas del mediodía. La exposición prolongada a la radiación ultravioleta (UV) del sol puede tener varios efectos adversos en la piel, los ojos e incluso el sistema inmunológico. Los rayos ultravioleta pueden provocar quemaduras solares, envejecimiento prematuro, arrugas, cáncer de piel, cataratas y otros trastornos oculares.
Alto calor y deshidratación: La temperatura suele ser más alta durante el mediodía. Las actividades físicas bajo el sol abrasador pueden aumentar la temperatura corporal y provocar deshidratación. Sudar mucho sin una hidratación adecuada puede provocar desequilibrios electrolíticos, mareos, agotamiento por calor o incluso insolación.
Confort y rendimiento reducidos: Realizar actividades extenuantes bajo el cálido sol del mediodía puede resultar incómodo y afectar su rendimiento. El calor y la luz solar pueden causar sobrecalentamiento, malestar, fatiga y debilidad muscular, todo lo cual puede afectar negativamente su disfrute de la actividad y sus capacidades físicas.
Malestar ocular: La luz solar directa puede ser especialmente dura para los ojos. El brillo y el deslumbramiento durante el mediodía pueden provocar fatiga visual, entrecerrar los ojos e incluso visión borrosa temporal. La exposición prolongada también puede aumentar el riesgo de cataratas y otros problemas oculares.
Para garantizar la seguridad y el disfrute, generalmente se recomienda limitar las actividades al aire libre, incluido el juego, a las primeras horas de la mañana o al final de la tarde, cuando la intensidad del sol es menor.