Tocar el sol es imposible por cualquier materia física. La temperatura de la superficie del sol es de aproximadamente 9.941 grados Fahrenheit (5.505 grados Celsius), lo suficientemente caliente como para vaporizar instantáneamente cualquier material conocido. Incluso si estuviera protegido del calor, la intensa radiación del sol dañaría sus células y provocaría envenenamiento por radiación.