1. La Luna no tiene atmósfera. Esto significa que no hay nada que frene o queme los meteoritos cuando entran en la atmósfera de la Luna. En la Tierra, la atmósfera actúa como una capa protectora que absorbe o desvía la mayoría de los meteoroides antes de que puedan alcanzar la superficie.
2. La superficie de la Luna es mucho menos activa que la de la Tierra. Esto significa que hay menos procesos en la Luna que puedan enterrar o destruir meteoritos. En la Tierra, los meteoritos pueden quedar enterrados bajo capas de sedimento o suelo, o pueden ser destruidos por la intemperie y la erosión.
3. La gravedad de la Luna es más débil que la de la Tierra. Esto significa que los meteoroides necesitan menos energía para alcanzar la superficie de la Luna. Como resultado, más meteoroides pueden llegar intactos a la superficie de la Luna.
Todos estos factores contribuyen al hecho de que la Luna tiene una densidad de meteoritos mucho mayor que la Tierra. De hecho, se estima que hay más de 200.000 meteoritos en la superficie de la Luna.