El tono del periodista es claramente negativo hacia la NSA y sus prácticas de vigilancia. Palabras como "impresionante", "sin precedentes" y "secretamente" crean la impresión de una agencia deshonesta que opera en las sombras. El sentimiento general que se refleja es de alarma, preocupación e indignación por los métodos utilizados por el gobierno para espiar a sus ciudadanos.