Un tránsito de Mercurio es un evento relativamente poco común que ocurre entre 13 y 14 veces cada siglo. Se diferencia de un eclipse solar, donde la Luna pasa entre la Tierra y el Sol, bloqueando la luz del Sol y provocando oscuridad para los espectadores en el camino del eclipse. En un tránsito, Mercurio es demasiado pequeño para cubrir completamente el Sol y, en cambio, aparece como una pequeña silueta oscura que se desliza sobre la superficie del Sol.
El próximo tránsito de Mercurio será visible desde varios lugares del mundo. Sin embargo, las mejores oportunidades de visualización se producirán en América del Norte, América Central y partes de América del Sur. Durante el tránsito, los observadores tendrán la oportunidad de ver a Mercurio moverse gradualmente a través del Sol, comenzando como una pequeña mancha en un borde y cruzando gradualmente hacia el otro lado durante varias horas.
Equipados con equipos de observación solar adecuados, como gafas para eclipses o un telescopio solar, los observadores pueden presenciar el tránsito en tiempo real. Se recomienda encarecidamente no observar el tránsito a simple vista o con gafas de sol normales, ya que la intensa luz del sol puede dañar las retinas.
El tránsito de Mercurio no sólo ofrece un evento celestial cautivador para los entusiastas del cielo sino que también tiene importancia científica. A través de observaciones y mediciones científicas durante el tránsito, los astrónomos obtienen información valiosa sobre las características de la órbita de Mercurio, su tamaño y sus propiedades físicas.
El último tránsito de Mercurio ocurrió el 9 de mayo de 2016, y el siguiente tránsito después del de este año no ocurrirá hasta el 13 de noviembre de 2032. Por lo tanto, los observadores del cielo y los entusiastas de la astronomía no deben perder esta rara oportunidad de presenciar este extraordinario evento astronómico.