El análisis encontró que la rápida intensificación de Harvey fue causada por lo que se conoce como una “torre caliente”, una célula convectiva o tormenta eléctrica que produce grandes cantidades de precipitación y libera energía a la atmósfera. La torre caliente se formó sobre las cálidas aguas del Golfo de México, frente a la costa de Texas.
A medida que la torre caliente se desarrolló, interactuó con la pared del ojo de Harvey, el anillo de tormentas que rodea el ojo de un huracán. La interacción entre la torre caliente y la pared del ojo hizo que la pared del ojo se contrajera y los vientos en su interior se fortalecieran, lo que llevó a la rápida intensificación de Harvey.
Las torres calientes no son infrecuentes en los ciclones tropicales, pero el estudio encontró que la combinación de varias condiciones específicas fue responsable de la torre caliente de Harvey y la rápida intensificación resultante. Las condiciones incluían una fuerte cizalladura vertical del viento, que ayudó a estirar e inclinar la torre caliente, y un alto contenido de humedad en la atmósfera, que proporcionó a la torre caliente el combustible que necesitaba para desarrollarse.
El estudio también encontró que la rápida intensificación de Harvey no estuvo asociada con una disminución de las temperaturas de la superficie del mar. Esto sugiere que el enfriamiento de la superficie del mar, que a menudo se piensa que es un factor en la intensificación de los huracanes, puede no haber sido el principal impulsor de la rápida intensificación de Harvey.
Los hallazgos del estudio proporcionan una mejor comprensión de los factores que pueden conducir a una rápida intensificación de los ciclones tropicales. Esta comprensión puede ayudar a mejorar el pronóstico de huracanes y reducir el riesgo de daños y pérdida de vidas debido a tormentas futuras.