* Tamaño: Las partículas en una solución son típicamente de menos de 1 nanómetro (nm) de diámetro. Esto es increíblemente pequeño, aproximadamente 100,000 veces más pequeño que el ancho de un cabello humano.
* Longitud de onda de luz: Nuestros ojos solo pueden ver objetos que son más grandes que la longitud de onda de la luz visible (aproximadamente 400-700 nm). Las partículas en una solución son mucho más pequeñas que esto, por lo que no dispersan la luz de una manera que las haga visibles.
* Distribución incluso: Las partículas en una solución se distribuyen uniformemente en todo el solvente. Esta distribución uniforme significa que no hay variación en la dispersión de la luz que cree una imagen visible.
Ejemplos:
* Agua salada: La sal se disuelve en agua para formar una solución. Las partículas de sal (iones de sodio y cloruro) son demasiado pequeñas para ver individualmente.
* Agua azucarera: El azúcar se disuelve en el agua para formar una solución. Las moléculas de azúcar son demasiado pequeñas para ver individualmente.
Excepciones:
* coloides: Si bien no son técnicamente soluciones, los coloides contienen partículas que son más grandes que las partículas de solución. Estas partículas pueden dispersar la luz, haciendo que el coloid parezca turbio u opaco (por ejemplo, leche).
* suspensiones: Las suspensiones son mezclas donde las partículas son lo suficientemente grandes como para asentarse con el tiempo (por ejemplo, arena en agua). Si bien las partículas pueden no ser visibles individualmente, la mezcla puede parecer turbia u opaca debido al tamaño de partícula más grande.
En resumen: Las partículas en una solución son demasiado pequeñas para ser vistas a simple vista porque son mucho más pequeñas que la longitud de onda de la luz visible, y se distribuyen uniformemente en toda la solución.