* fuertes fuerzas entre partículas: Las partículas en un sólido están estrechamente empacadas y mantenidas fuertemente por fuertes fuerzas intermoleculares (como enlaces iónicos, enlaces covalentes o enlaces metálicos). Estas fuerzas restringen el movimiento de las partículas, manteniéndolas en una disposición fija y rígida.
* Movimiento de partículas limitadas: A diferencia de los líquidos o gases, las partículas en un sólido solo pueden vibrar alrededor de sus posiciones fijas. No pueden moverse libremente o deslizarse entre sí. Este movimiento restringido mantiene la forma del sólido.
* alta densidad: El envasado cercano de partículas en un sólido da como resultado una alta densidad en comparación con líquidos o gases. Esta densidad contribuye a la resistencia del sólido a la compresión y a su volumen definido.
Por el contrario, los líquidos y los gases tienen fuerzas interpartículas más débiles, lo que permite que sus partículas se muevan más libremente:
* líquidos: Las partículas en líquidos pueden moverse y deslizarse entre sí, dando a los líquidos un volumen definitivo, pero permitiéndoles tomar la forma de su recipiente.
* Gases: Las partículas en los gases tienen fuerzas muy débiles que las mantienen juntas. Se mueven libremente y rápidamente, lo que no da como resultado una forma o volumen definitivo y se expanden fácilmente para llenar cualquier contenedor.
En resumen, las fuertes fuerzas entre partículas y el movimiento limitado de partículas en los sólidos son responsables de su forma y volumen definidos característicos.