La relatividad especial se basa en el principio de la relatividad, que establece que las leyes de la física son las mismas para todos los observadores en movimiento uniforme entre sí. Esto significa que no hay forma de saber si estás en movimiento o en reposo, y no existe un estándar absoluto de movimiento. Como resultado, el concepto de velocidad absoluta pierde sentido.
En cambio, en la relatividad especial, las velocidades se miden en relación con otros objetos en movimiento. Por ejemplo, podríamos decir que un automóvil se mueve a 60 millas por hora en relación con la carretera. Esto significa que el automóvil se mueve 60 millas por hora más rápido que la carretera. Sin embargo, no hay forma absoluta de decir que el automóvil se mueve a 60 millas por hora, porque no existe un marco de referencia absoluto.
La importancia de la velocidad absoluta es principalmente histórica. En la física clásica, que se desarrolló antes de la teoría de la relatividad, se utilizó el concepto de velocidad absoluta. Sin embargo, con la llegada de la relatividad especial, quedó claro que el concepto de velocidad absoluta no es válido y fue reemplazado por el concepto de velocidad relativa.