Cuando se habla de imanes y sus polos, los términos "positivo" y "negativo" se utilizan en un sentido relativo para indicar la atracción o repulsión de los polos entre sí. El polo norte de un imán se define como el polo que apunta hacia el polo magnético norte de la Tierra, mientras que el polo sur apunta hacia el polo magnético sur de la Tierra.
Es importante tener en cuenta que los polos magnéticos siempre existen en pares y que cada imán tiene un polo norte y un polo sur. Estos polos no pueden separarse ni aislarse; Cortar un imán por la mitad simplemente dará como resultado dos imanes más pequeños, cada uno con sus propios polos norte y sur.
La atracción o repulsión entre imanes se produce debido a las interacciones de sus campos magnéticos. A diferencia de las cargas eléctricas que se atraen entre sí, los polos magnéticos opuestos se atraen, mientras que los polos iguales se repelen. Este principio subyace al comportamiento de los imanes y es esencial en diversas aplicaciones, como motores, brújulas y trenes de levitación magnética (maglev).