A continuación se muestran algunos ejemplos de la cantidad de calor que se puede producir por fricción:
* Frotando dos trozos de madera entre sí: Esto puede producir suficiente calor como para iniciar un incendio.
* Frenar un coche: La fricción entre las pastillas de freno y los rotores puede producir suficiente calor como para hacer que los rotores se pongan rojos.
* Mecanizado de metales: La fricción entre la herramienta de corte y el metal puede producir suficiente calor para fundir el metal.
En algunos casos, el calor producido por la fricción puede resultar beneficioso, como cuando se utiliza para encender un fuego o soldar metal. En otros casos, sin embargo, puede resultar perjudicial, como cuando provoca daños en maquinaria o materiales.