- Propulsión química, que implica la combustión o reacción química de sustancias como combustibles y oxidantes para generar empuje, comúnmente utilizada en cohetes, motores a reacción y motores de combustión interna.
- La propulsión no química, que no depende de reacciones químicas, sino que utiliza otros medios para producir empuje, como motores eléctricos en sistemas de propulsión eléctrica, velas solares, propulsores iónicos y propulsión térmica nuclear.