1. Contacto físico: Debe haber contacto físico directo entre los dos objetos o sustancias. El calor fluye del objeto más caliente al objeto más frío cuando están en contacto.
2. Diferencia de temperatura: Debe existir una diferencia de temperatura entre los dos cuerpos o sustancias. El calor fluye desde el objeto de mayor temperatura al objeto de menor temperatura, tratando de establecer el equilibrio térmico.
3. Medio fluido sólido o estacionario: La conducción ocurre efectivamente en sólidos y fluidos estacionarios (fluidos que no se mueven como líquidos en reposo). En los sólidos, la transferencia de calor se produce a través de las vibraciones de átomos, moléculas o iones dentro del material. En los fluidos estacionarios, el calor se transfiere mediante la colisión directa y la difusión de partículas.
4. Material conductor: El material entre los dos objetos debe ser un buen conductor del calor. Los metales son generalmente buenos conductores del calor debido a sus electrones débilmente unidos, que pueden transferir energía térmica de manera eficiente. Los materiales con baja conductividad térmica, como la madera, el caucho o el aire, son malos conductores y dificultan la transferencia de calor por conducción.
5. Tiempo suficiente: Se debe dejar un tiempo adecuado para que el calor fluya del cuerpo más caliente al cuerpo más frío. La tasa de transferencia de calor depende de factores como la diferencia de temperatura, el área de contacto, la conductividad térmica del material y el espesor del material.
Estas condiciones son necesarias para que la transferencia de calor por conducción se produzca de manera eficiente. Cuando se cumplen todas estas condiciones, el calor fluirá naturalmente del objeto más caliente al más frío, intentando alcanzar el equilibrio térmico, donde ambos objetos tengan la misma temperatura.