La ley de la gravitación, formulada por Sir Isaac Newton, establece que la fuerza de gravedad entre dos objetos es directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre ellos. Matemáticamente se expresa como:
F =Gm1m2/r^2
Dónde:
F es la fuerza gravitacional que actúa entre los dos objetos.
G es la constante gravitacional (G ≈ 6,674 × 10^-11 N·m²/kg²)
m1 y m2 son las masas de los dos objetos.
r es la distancia entre los centros de los dos objetos.
La fuerza gravitacional siempre es atractiva, lo que significa que actúa para atraer objetos entre sí. Cuanto mayores sean las masas de los objetos involucrados y menor la distancia entre ellos, más fuerte será la fuerza gravitacional.
La gravitación juega un papel crucial en diversos fenómenos en todo el universo. Es responsable de mantener los planetas en órbita alrededor de estrellas, las lunas en órbita alrededor de planetas y las galaxias unidas. También es la fuerza que impulsa la formación estelar y los cúmulos de galaxias.
El estudio de la gravitación ha sido fundamental para el desarrollo de la física y la astronomía modernas. Fue la teoría de la gravitación de Isaac Newton la que sentó las bases de la mecánica clásica, mientras que la teoría de la relatividad general de Albert Einstein revolucionó nuestra comprensión de la gravedad al describirla como una curvatura del espacio-tiempo.
Además, las ondas gravitacionales, que son ondas en el espacio-tiempo causadas por la aceleración de objetos masivos, fueron predichas por primera vez por la teoría de la relatividad general de Einstein y recientemente confirmadas mediante observaciones directas, abriendo nuevas vías para estudiar el universo.