La producción de extraños en el LHC requeriría una cadena de acontecimientos muy improbable. Una posibilidad es que una colisión de alta energía en el LHC pueda producir un plasma de quarks y gluones, un estado de la materia en el que los quarks y los gluones se mueven libremente. En este estado, es teóricamente posible que se formen extraños. Sin embargo, las condiciones necesarias para crear un plasma de quarks y gluones en el LHC son extremadamente improbables, e incluso si ocurriera, la probabilidad de producir extraños sería muy baja.
Además, incluso si se produjeran extraños, es muy poco probable que supongan una amenaza para la Tierra. No se ha demostrado que los Strangelets tengan propiedades intrínsecas que los hagan dañinos. Se teoriza que son muy pequeños y no se espera que puedan desencadenar una reacción en cadena o causar daños significativos.
En general, las posibilidades de que un colisionador de partículas extrañas destruya la Tierra son extremadamente pequeñas. No hay evidencia que respalde esta noción y es producto de especulaciones y conceptos erróneos más que de evidencia científica.