El simulador es un proyecto conjunto del Instituto de Mamíferos Marinos de UC Santa Bárbara y el Servicio Nacional de Pesca Marina. Combina datos de estudios científicos sobre el comportamiento de las ballenas con información sobre artes de pesca y oceanografía para crear simulaciones realistas de las interacciones entre ballenas y artes de pesca.
"Podemos utilizar el simulador para probar diferentes estrategias de gestión y ver cómo afectan el riesgo de enredo", dijo la investigadora principal, la Dra. Jessica Redfern. "Esta información puede ayudarnos a desarrollar formas más efectivas de proteger a las ballenas de enredos".
El simulador se ha utilizado para estudiar el riesgo de enredo de una variedad de especies de ballenas, incluidas las ballenas francas del Atlántico norte, las ballenas jorobadas y las ballenas azules. Los estudios han encontrado que una serie de factores pueden aumentar el riesgo de enredo, incluido el tipo de arte de pesca utilizado, la profundidad del agua y la velocidad a la que nadan las ballenas.
El simulador también se está utilizando para desarrollar nuevos equipos y técnicas que puedan ayudar a reducir el riesgo de enredo. Por ejemplo, los investigadores están estudiando el uso de artes de pesca "favorables a las ballenas", como cuerdas que tienen menos probabilidades de enrollarse alrededor de las ballenas y soltarse si se enrollan alrededor del cuerpo de una ballena.
"El simulador es una herramienta valiosa que nos está ayudando a comprender las causas del enredo y desarrollar soluciones para reducir el riesgo de enredo de las ballenas", dijo Redfern.
El enredo en artes de pesca es un problema grave para las ballenas. Puede causar lesiones, infecciones e incluso la muerte. En Estados Unidos, un promedio de 85 ballenas por año quedan enredadas en artes de pesca. La mayoría de estos enredos ocurren en aguas frente a la costa de California.
El nuevo simulador es una herramienta prometedora que está ayudando a los científicos a comprender mejor este problema y desarrollar soluciones para reducir el riesgo de enredo de las ballenas.