Los chimpancés no tienen las mismas estructuras neuronales que los humanos especializadas en el procesamiento de la música y carecen del aparato vocal que nos permite producir una amplia gama de tonos y alturas. Si bien pueden reconocer y diferenciar entre ciertos patrones y sonidos musicales, no parecen tener la capacidad cognitiva para comprender el significado emocional o cultural de la música.
Además, el concepto de "caer en oídos sordos" implica una elección deliberada de ignorar o rechazar algo, que es un nivel de intencionalidad que va más allá de lo que se ha observado en los chimpancés. Es probable que sus respuestas a la música se basen en sus propias preferencias auditivas innatas, más que en un rechazo o aprecio consciente.
En conclusión, si bien los chimpancés pueden exhibir algunos comportamientos y respuestas musicales básicos, es poco probable que experimenten o aprecien la música de la misma manera que los humanos. La idea de que la música "caiga en oídos sordos" es un concepto humano que no refleja con precisión las limitaciones y diferencias en la percepción musical de los chimpancés.